En el Cusco (Perú), Tiwanaku (Bolivia), Otavalo (Ecuador) y Nariño (Colombia) la comunidad andina internacional sacuden la Wiphala. Presentan otra concepción de las fronteras en su cosmovisión, lo que se evidencia en la similitud de sus celebraciones. Mientras en el Perú el evento principal es la representación teatral del Inca y sus rituales de agradecimiento al sol, en Bolivia la celebración está más enfocada a su renovación espiritual en la ciudad arqueológica del Tiwanaku mientras que en Ecuador sería su centro arqueológico de Ingapirca Por otro lado, Colombia está protagonizada por las Comunidades de Pastos y los Quillacingas: comunidades heroicas que rivalizaban pero que supieron unirse y defenderse del imperio Inca y español y que ahora aprovechan esta fecha para confraternar y enriquecer su conexión.